Lizarran y el valor de la experiencia gastronómica

El valor de la experiencia o por qué Lizarran me ofrece más que una simple cena

Cuando hay que decidir entre un grupo de amigos dónde debemos acudir a cenar, yo por mi parte la mayoría de veces escojo Lizarran, porque como franquicia de restaurantes me ofrece una experiencia y lo hace además en cualquier local de la marca dado que es parte de su filosofía de trabajo.

Curiosamente algunos amigos que desconocen esta cadena de restaurantes me preguntan si es por su carácter de “low-cost”. En absoluto, pues viene implícito. Sí, ha sido una estrategia de marketing hasta hace recientemente poco tiempo, pero ahora está incluido en la experiencia de disfrutar de un restaurante.

Escribo esto en relación a la reciente noticia de la que se están haciendo eco algunos medios de comunicación, sobre el cambio de estrategia en la restauración en España, donde se identifica un descenso en el interés de los consumidores por ofertas “low-cost” o de bajo precio, en favor una “experiencia gastronómica”.

Muchas veces me han contado en marketing digital cómo se comenzó a comercializar el posicionamiento online, esas estrategias para que tu web salga la primera en los resultados de búsqueda de Google.

En la era de Internet 2.0, el posicionamiento online era un servicio opcional al desarrollo web, que casi todas las empresas cogían. Se desarrollaba la web y se ofrecía esta “opción” o bien se ofrecía desde el principio. El caso es que afectaba a cómo se tenía que volver a reescribir el website y a ciertas medidas adicionales, en las estrategia “offsite”.

¡Hoy en día es impensable! El posicionamiento online es imprescindible en un desarrollo web. Plantear un website no navegable en versión móvil o que no sea indexada por Google es peor que construir una casa sin tejado.

Lo sorprendente es que mucha gente no identifique esta evolución implícita también en la restauración. El término low-cost no es ya promocionalmente atractivo. Debe ir de forma imprescindible acompañado de una oferta gastronómica de calidad.

El ahorro español ha caído a mínimos en base a un consumo creciente, pero mucho más responsable. Sin un aumento de los sueldos, un IPC constante y el riesgo de la inflación flotando en 2017, lo cierto es que una oferta económica como la de Lizarran la veo mucho más atractiva que la de un restaurante corriente sin fijarme en el precio. Sé que en ambos sitios va a ser económico o, sencillamente, cerrarían el negocio.

La experiencia mediterránea

Muchas veces infravaloramos lo que tenemos a nuestro alrededor. Adoro la costa y he tenido el privilegio de visitar exóticos destinos, desde el Caribe hasta el Golfo Pérsico. No voy a decir que no llegan al nivel de una cala menorquina, pero sí que afirmaré que ésta no tiene nada que envidiarles.

Pues si el paisaje mediterráneo es paradisíaco, la gastronomía no despierta menos sentidos. Leía recientemente en un periódico dominicano que precisamente Lizarran estaba destacando entre los clientes locales, porque un solo pincho conseguía concentrar la esencia española en apenas uno o dos bocados de deliciosa tortilla de patatas con jamón ibérico.

Efectivamente, esa experiencia es la que busco justo en los restaurantes Lizarran. Cierto, a veces en el grupo de amigos apetece probar comida de otros países, pero además de sabores nuevos también se busca un acercamiento a la cultura japonesa, italiana, china…

En Lizarran te acercas a la cultura española, mediterránea, la comida que nuestros antepasados elaboraban tan bien. ¿Cómo íbamos a negar disfrutar de algo tan especial y tan al alcance de la mano?

He “investigado” un poco la expansión de esta cadena de restaurantes actualmente. Dispone de más de 300 locales y presencia en más de 15 países. El objetivo del grupo empresarial del que forma parte, Comess Group, es seguir esta tendencia de crecimiento, obviamente.

Cuanto más puedan transmitir esa experiencia gastronómica, mayor rentabilidad obtendrán. Aquí es donde entra el marketing puro y duro. ¿Cómo transmitir sensaciones con las comidas? En España un restaurante de tapas, pinchos y cañas lo tiene bastante fácil.

Precisamente los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en base a encuesta de presupuestos familiares en España y de la Agencia Tributaria, confirmaban recientemente un aumento del consumo español en restaurantes, cafeterías y bares, siendo las tapas y las cervezas los productos que mayor demanda habían conseguido presentar entre los consumidores.

Lizarran Gastro

Así pues, con un entorno propicio para una clientela creciente que demanda los productos que sirves en un ambiente que transmite experiencias positivas, nostálgicas, amistosas… lo único que debes hacer es ofrecer promocionalmente bien cada carta, menú y oferta y convencer a tus comensales para que regresen. Al menos a mí con Lizarran me sucede exactamente así.

¿Pero qué sucede con aquellos clientes que no acuden a tu restaurante o que piden un nivel más de experiencia? El marketing explica que en estas situaciones solo la evolución permite captar la atención de estos potenciales comensales.

No me habría parado a pensar que la cadena iniciaría este camino promocional, si no fuera porque he leído en su propia web la noticia de una nueva línea de negocio denominada Lizarran Gastro.

Consiste en la evolución de la propuesta típica de pinchos y tapas por una carta más elaborada, en la que los productos típicos de la cocina mediterránea siguen estando presentes, en mayor cantidad y variedad, como con arroces y fideuá.

Un nuevo planteamiento de una base gastronómica idéntica. Una experiencia mejorada que ya tiene nuevo local en Santa Pola (Alicante) y que, si el análisis comercial les ha sido acertado, pronto veremos en más ciudades.

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